Tu sistema inmunitario se encarga de reconocer a los invasores o células enfermas que pueden suponer una amenaza para tu salud. Una vez que estas células o agentes patógenos han sido reconocidos por las células inmunitarias, el resto del sistema inmunitario se activa para combatirlos y mantener el cuerpo sano y en forma.
Bacterias y virus, células cancerosas degeneradas o incluso cuerpos extraños pueden activar tu sistema inmunitario en estado sano. Por eso no es de extrañar que tu sistema inmunitario también esté alerta cuando recibes un nuevo trasplante de riñón. Después de todo, tu nuevo riñón no es un órgano que pertenezca naturalmente al 100% a tu cuerpo. Si el sistema inmunitario se activa tras el trasplante, se producirá una reacción de rechazo.
¿Qué son los inmunosupresores?
Para que el cuerpo acepte mejor el nuevo órgano, se puede suprimir la función del sistema inmunitario con los llamados inmunosupresores. Los inmunosupresores se dirigen a las células y anticuerpos de su sistema inmunitario y suprimen su función. Esto ayuda de forma natural a los riñones. Sin embargo, agentes patógenos como bacterias, virus u hongos pueden esconderse más fácilmente de el sistema inmunitario.
¿Por qué es importante tomar correctamente los inmunosupresores?
Como ocurre a menudo en la vida, es importante encontrar el equilibrio adecuado. Si los inmunosupresores se toman en dosis demasiado altas o con demasiada frecuencia, aumenta la probabilidad de que se produzcan efectos secundarios. Si la medicación se toma con muy poca frecuencia o en dosis demasiado bajas, aumenta la probabilidad de que se produzca una reacción de rechazo por parte del sistema inmunitario. Optimizar la dosis es, por tanto, extremadamente importante para mantener el órgano sano a largo plazo.
Por lo tanto, es sumamente importante que no sólo tome sus inmunosupresores con regularidad después del trasplante, sino también a las horas prescritas por su equipo médico. Por supuesto, su equipo de trasplante elaborará el plan exacto de toma de la medicación. Puede documentar su toma de medicación en la aplicación Mizu para llevar un control preciso.
¿Qué tipos de inmunosupresores existen?
En general, los inmunosupresores ralentizan el trabajo de las células y anticuerpos de su sistema inmunitario. Lo hacen restringiendo la formación de nuevas células y anticuerpos o interfiriendo en el trabajo de las células y anticuerpos existentes en tu sistema inmunitario.
Las células más importantes de tu sistema inmunitario son los llamados linfocitos T y B, así como las distintas formas de granulocitos. Estas células no sólo reconocen cuerpos extraños e intrusos, sino que también movilizan refuerzos en forma de anticuerpos o células inflamatorias.
El efecto exacto de los distintos inmunosupresores depende siempre de las distintas clases de sustancias y de los principios activos que contengan. Los hemos resumido para ti en un artículo separado y detallado sobre los inmunosupresores.
En general, se distinguen las siguientes clases de inmunosupresores:
¿Cómo sé si estoy tomando mi medicación correctamente?
Para vigilar el efecto de tus inmunosupresores y evitar la sobredosificación o la infradosificación, hay dos cosas especialmente importantes:
Controles de laboratorio periódicos: Para controlar la cantidad exacta de medicamento en la sangre, se realizan controles de laboratorio periódicos. A menudo se utiliza el llamado "control del nivel mínimo". A continuación te explicamos en qué consiste.
Síntomas: Además de las pruebas de laboratorio, los síntomas físicos también pueden indicar si tienes demasiados o muy pocos inmunosupresores en la sangre.
A continuación analizaremos estos dos métodos.
¿Qué es el control del nivel mínimo de inmunosupresores?
En una prueba de laboratorio se suele utilizar el denominado control del nivel mínimo. Si tomas un medicamento, la cantidad de este medicamento en la sangre alcanza su nivel máximo poco después de tomarlo. Con el tiempo, los riñones y el hígado descomponen el medicamento. Se trata de un proceso natural. Por lo tanto, la concentración del medicamento en la sangre depende siempre del momento en que se toma. Disminuye a medida que pasa el tiempo desde la toma. Al cabo de un tiempo, el principio activo se habrá eliminado por completo de la sangre.
Para asegurarse de que el equipo de trasplantes recibe valores comparables en cada control de laboratorio, siempre determinarán la concentración de los inmunosupresores al mismo tiempo. Este momento suele elegirse inmediatamente antes de la siguiente dosis de medicación. Así, si toma el medicamento cada 12 horas, la concentración mínima se comprobará poco antes de que finalicen esas 12 horas y poco antes de que tome la siguiente dosis. Esto permite a tu equipo médico comparar varios niveles mínimos entre sí.
¿Cuál debe ser la concentración mínima de los inmunosupresores?
Estos controles no se realizan con todos los medicamentos. Por ejemplo, esta técnica no se utiliza para los corticosteroides. Sin embargo, se utiliza a menudo para los inhibidores de la calcineurina, como el tacrolimus, o los inhibidores de mTOR, como el sirolimus y el everolimus.
En general, el valor objetivo para el nivel valle se individualiza para cada paciente y depende del tiempo transcurrido tras el trasplante. Siempre recibirá de los médicos los valores objetivo exactos de los niveles valle de sus inmunosupresores. A continuación, podrá documentarlos en el diario de la aplicación Mizu para poder controlar en todo momento la evolución de sus niveles de medicación.
A continuación encontrarás un resumen de algunos valores objetivo generales para los inmunosupresores más importantes. No obstante, ten en cuenta que estos valores no son necesariamente aplicables a tu caso y que tus propios valores son siempre especificados por tu equipo médico.
¿Qué otros valores sanguíneos son importantes?
Una dosis demasiado alta de inmunosupresores no sólo puede aumentar el riesgo de infección, sino también limitar la función del nuevo riñón. Esto se debe a que, si la dosis es alta, la medicación también puede tener un efecto negativo en el flujo sanguíneo a través del riñón.
Esto puede provocar una disminución de la función renal. Esto se reconoce, por ejemplo, por un aumento de la concentración de productos de degradación como la creatinina, la urea o la cistatina C en la sangre. Al mismo tiempo, suele producirse un descenso de la denominada tasa de filtración glomerular estimada (= TFGe) en sangre. En el artículo sobre el control de la función renal encontrarás información más detallada al respecto.
Otro efecto secundario de los inmunosupresores puede ser un aumento de los niveles de azúcar en sangre y de los lípidos en sangre (por ejemplo, el colesterol). También puedes documentar estos valores en el diario de tu aplicación Mizu.
¿Cuáles son los síntomas de una sobredosis o una infradosis?
Además de los valores de laboratorio, un examen de los posibles síntomas le ayudará a reconocer precozmente una sobredosis o infradosis de sus inmunosupresores o a identificar rápidamente los efectos secundarios.
Una sobredosis puede provocar una infección, una disminución de la función renal o cambios en el metabolismo. Estos efectos secundarios pueden manifestarse con los siguientes síntomas:
- Fiebre
- Fatiga y cansancio
- Disminución de la producción de orina
- Tos, secreción nasal, diarrea o dolor
- Aumento significativo de peso
- Hipertensión arterial
- Retención de agua (= edema)
Si la dosis es demasiado baja, puede producirse un rechazo por parte del sistema inmunitario. Lo más probable es que lo reconozca por una disminución de la función renal y posiblemente también por los siguientes síntomas:
- Fiebre
- Fatiga y cansancio
- Disminución de la producción de orina
- Dolor sobre el riñón nuevo
- Aumento de peso
- Retención de líquidos (= edema)
Como puedes ver, los síntomas de cada una de las complicaciones son relativamente similares. Si estás atento a estos diferentes factores, podrás reaccionar rápidamente y hablar con tu equipo médico en caso de que ocurra lo peor. No obstante, ten en cuenta que una infección, un rechazo u otros efectos secundarios también pueden manifestarse a través de otros síntomas. Por lo tanto, en caso de duda, consulta siempre a tu equipo de trasplantes.
¿Qué debo tener en cuenta al tomar inmunosupresores?
En general, lo más importante es tomar la medicación con regularidad -según las recomendaciones del equipo de trasplantes- y acudir a las citas de seguimiento recomendadas. Esto ayudará a tu equipo de trasplante y a tu nuevo riñón a funcionar lo mejor posible. Un estilo de vida saludable, una dieta sana y ejercicio también ayudarán al organismo a sobrellevar mejor la medicación. Esto también puede ayudarte a controlar mucho mejor cualquier efecto secundario.
También es importante tener en cuenta que algunos medicamentos o alimentos pueden influir en el efecto de los inmunosupresores. Por ejemplo, la hierba de San Juan y el pomelo. Por lo tanto, debes evitar los tés o zumos que contengan estos alimentos. También puede ser necesario ajustar la medicación durante el embarazo o la lactancia. No obstante, el equipo médico siempre comentará esta información contigo en caso necesario.