Uno de los componentes básicos del sistema inmunitario del organismo son los glóbulos blancos y los anticuerpos, que circulan en grandes cantidades por el torrente sanguíneo. Están alerta y buscan en tu cuerpo intrusos o células enfermas que puedan suponer una amenaza para tu salud. Entre ellas se encuentran bacterias y virus, células cancerosas degeneradas y cuerpos extraños. Así que no es de extrañar que el sistema inmunitario también esté alerta cuando se recibe un nuevo trasplante de riñón. Al fin y al cabo, un nuevo órgano ha aparecido de repente en tu cuerpo.
¿Qué es un rechazo?
Antes del trasplante, se realiza una prueba para ver cómo de bien se adapta el nuevo riñón al cuerpo y al sistema inmunitario. Por ejemplo, se comparan el grupo sanguíneo y las características de los tejidos (por ejemplo, las características HLA) del donante y del receptor. En conjunto, se denominan características inmunológicas. Si estas características inmunológicas coinciden completamente, se denomina riñón completo. ¡Una auténtica diana!
Pero por muy buenas que sean estas precauciones, el nuevo riñón sigue conteniendo mucha información extraña que puede hacer que el sistema se muestre escéptico y provoque un rechazo del riñón. En pocas palabras, esto significa que tu cuerpo y el nuevo riñón ya no pueden llevarse bien. Este rechazo puede producirse al principio (rechazo agudo o hiperagudo) o más tarde tras el trasplante (rechazo crónico). Los signos de rechazo varían. A menudo se produce una sensación general de malestar, una pérdida de función del nuevo riñón o una reacción inflamatoria con fiebre. En algunos casos, el rechazo puede incluso provocar una pérdida completa de la función del injerto. Para detectar estos problemas a tiempo, después del trasplante se realizarán revisiones periódicas con el equipo médico.
¿Qué son los inmunosupresores?
Para minimizar la probabilidad de rechazo, existen los llamados inmunosupresores. Como su nombre indica, suprimen la acción del sistema inmunitario del cuerpo. Esta ralentización hace que el nuevo riñón escape al radar de las defensas y pueda incorporarse al organismo en un estado más relajado.
¿Pero qué son exactamente los inmunosupresores? En términos generales, estos medicamentos ralentizan las células del sistema inmunitario. Entre ellas se encuentran los llamados linfocitos T y B. Estas células no sólo reconocen cuerpos extraños e invasores, sino que también movilizan refuerzos en forma de anticuerpos o células inflamatorias. Son como los espías o el sistema de alarma del organismo. Existen varios inmunosupresores y sus efectos exactos pueden variar. Siempre depende de la clase de sustancia. En la siguiente sección, echaremos un vistazo más de cerca a qué se trata exactamente.
¿Qué clases de inmunosupresores existen?
Así pues, existen diferentes categorías de inmunosupresores. Para una mejor visión de conjunto, hemos resumido las clases de sustancias más importantes en la siguiente tabla:
La característica principal de cada clase de fármacos es que frenan la acción del sistema inmunitario de diferentes maneras. En la siguiente parte de este artículo, aprenderás más sobre el mecanismo de acción exacto de las diferentes clases.
¿Cómo actúan los diferentes inmunosupresores?
Inmediatamente después del trasplante, a menudo se combinan diferentes clases de inmunosupresores. Puede tratarse de hasta tres fármacos diferentes. Se complementan entre sí en su efecto inhibidor sobre el sistema inmunitario y contribuyen así a la prevención del rechazo.
1. Corticosteroides
Los corticosteroides inhiben el sistema inmunitario de varias maneras. En primer lugar, detienen la acumulación y transmisión de sustancias mensajeras entre las células del sistema inmunitario. De este modo, interfieren en la comunicación y garantizan que las células inmunitarias no puedan movilizar nuevas células para defenderse del trasplante. En otras palabras, ralentizan la proliferación y activación de nuevas células inmunitarias.
Los corticosteroides conocidos son, por ejemplo, el cortisol o la prednisolona. Estos medicamentos pueden administrarse en forma de comprimidos o por vía intravenosa.
2. Inhibidores de la calcineurina
Los inhibidores de la calcineurina más conocidos incluyen el tacrolimus y la ciclosporina. Atacan principalmente a los linfocitos T mencionados anteriormente. Impiden la activación completa de estos linfocitos T y protegen así el nuevo riñón del sistema inmunitario. Estos medicamentos se administran en forma de comprimidos inmediatamente después del trasplante.
3. Inhibidores de mTOR
Optimamente, los inhibidores de mTOR impiden que los linfocitos T se dividan y, por tanto, se multipliquen. Esto impide la formación de nuevas células inmunitarias. Las sustancias activas más conocidas de esta clase son el sirolimus y el everolimus.
4. Inhibidores de la síntesis de ADN
Al igual que los inhibidores de mTOR, los inhibidores de la síntesis de ADN también interfieren en la división de las células inmunitarias y, por lo tanto, impiden la formación de nuevas células inmunitarias. Sustancias bien conocidas de esta clase son los micofenoles y la azatioprina.
5. Anticuerpos
A diferencia de los medicamentos anteriores, los anticuerpos suelen destruir directamente los linfocitos T y B. Actúan específicamente contra las células inmunitarias y, por lo tanto, se utilizan con más frecuencia en el periodo cercano al trasplante. En combinación con los fármacos mencionados, provocan una inmunosupresión especialmente fuerte.
¿Cuáles son los efectos secundarios de los inmunosupresores?
El efecto de los inmunosupresores después del trasplante es esencial para que el nuevo riñón tenga un comienzo perfecto en su nueva casa. Sin embargo, hay algunos efectos secundarios importantes a tener en cuenta cuando se toman estos medicamentos. Recuerda siempre que existe una respuesta para todos estos efectos secundarios. De algunos de ellos puede deshacerse rápidamente con el conocimiento adecuado.
1. Control de infecciones tras el trasplante
Como ya puedes imaginar, la ralentización de tu sistema inmunitario también tiene efectos negativos. Es posible que el organismo acepte mucho mejor el nuevo órgano, pero desgraciadamente también reconocerá menos patógenos como bacterias, virus u hongos. Por lo tanto, las infecciones son una complicación frecuente después del trasplante y siempre deben ser controladas y tratadas por el equipo médico. Por lo tanto, después del trasplante se controlarán periódicamente los niveles de infección. También es conveniente que tomarse la temperatura en casa con regularidad y ponerse rápidamente en contacto con el equipo médico si se presentan síntomas como fiebre, diarrea o tos. Simplemente, ¡que forme parte de tu rutina! Puedes documentar regularmente todos tus valores en el diario de la aplicación Mizu.
2. Análisis periódicos del cáncer
La supresión del sistema inmunitario también puede aumentar el riesgo de cáncer. Sin embargo, con las revisiones periódicas ya estás muy bien protegido. En otros artículos de la aplicación Mizu encontrarás información sobre las pruebas de detección más importantes para ti.
3. Diabetes mellitus postrasplante (=PTDM)
Los medicamentos inmunosupresores de la clase de los corticosteroides en particular pueden alterar el metabolismo. En consecuencia, el tratamiento con estos fármacos después del trasplante puede provocar la aparición de una nueva diabetes (= diabetes mellitus postrasplante) o niveles elevados de lípidos en sangre, como el colesterol. Estos efectos secundarios pueden prevenirse con una dieta sana, suficiente ejercicio y controles regulares de peso, y el riesgo de que aparezcan puede reducirse de forma óptima. Como siempre, puedes registrar tus valores en el diario de la app Mizu.
4. Control de la función renal
Algunos inmunosupresores en dosis altas también pueden reducir la función de tu nuevo riñón. Esto se debe a que los fármacos pueden reducir el flujo sanguíneo a su nuevo riñón. Sin embargo, si esto ocurre, tu equipo médico te ayudará a encontrar una solución para controlar este efecto secundario lo mejor posible.
¿Cómo se controlan los efectos y las reacciones secundarias de los inmunosupresores?
Debido a estos efectos secundarios, la dosis de tus inmunosupresores debe ser siempre tan alta como sea necesario pero tan baja como sea posible. De este modo, podrás mantener el equilibrio entre los efectos positivos y los efectos secundarios. Para que esto sea posible, tu equipo médico realizará controles de laboratorio periódicos para vigilar el nivel activo (= nivel del fármaco) en tu sangre. Si es demasiado alto, los efectos secundarios pueden ser más frecuentes y puede ser necesario reducir la dosis. Si el nivel es demasiado bajo, puede producirse rechazo y es probable que el equipo médico vuelva a aumentar la dosis.
Independientemente de los resultados de laboratorio, por supuesto siempre debes estar atento a posibles síntomas de efectos secundarios como fiebre o aumento de peso. También es importante acudir a todas las citas de control necesarias. Esto le facilitará el control de la terapia inmunosupresora.
¿Cómo me ayuda la app Mizu a tomar mis inmunosupresores?
Un estudio realizado en 2007 por Gordon y colegas muestra que casi el 50% de las personas que han recibido un trasplante de riñón dejan de tomar sus inmunosupresores con regularidad en algún momento. Esto aumenta el riesgo de rechazo y hace más difícil para el equipo médico mantener un nivel constante de medicamentos. La aplicación Mizu, puede recordarte fácilmente que tomes tus medicamentos, llevando un registro rápido de la ingesta diaria ayudándote también en el control después del trasplante de riñón. Pruébala y comprueba si esta función también te ayuda a recordarte tus medicamentos.