¿Qué papel juegan los medicamentos en caso de insuficiencia renal?
En la enfermedad renal crónica, la función de filtración de los riñones se reduce. Con el tiempo, estas condiciones pueden provocar que la sangre ya no sea capaz de limpiarse suficientemente de sustancias nocivas. En este caso (en la fase final de la enfermedad renal crónica o cuando los riñones dejan de funcionar repentinamente), la hemodiálisis o la diálisis peritoneal se encargan de esta tarea. Hasta el trasplante, la diálisis mantiene limpia la sangre de las personas con insuficiencia renal terminal y en forma nuestro osito lavador. La diálisis evita la acumulación en la sangre de sustancias nocivas y electrolitos como el potasio y el fósforo, que ya no pueden mantenerse en equilibrio de forma natural.
Además de limpiar la sangre, los riñones realizan otras funciones que deben ser sustituidas y compensadas en caso de enfermedad renal. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, la activación de la vitamina D o la formación de la hormona eritropoyetina (=EPO), que estimula la formación de glóbulos rojos.
Además, en caso de insuficiencia renal ya existente, las enfermedades subyacentes como la hipertensión arterial o la diabetes también deben tratarse, por supuesto, para ralentizar la progresión de la enfermedad renal o prevenir la aparición de nuevos síntomas. Además de los ajustes en el estilo de vida, los medicamentos pueden ayudar a menudo, que ahora vamos a analizar más de cerca hoy.
Nótese que el único propósito de este artículo es proporcionar información sobre los diferentes grupos de medicamentos. Este artículo no contiene publicidad ni recomendaciones de medicamentos. Si tienes dudas sobre tu medicación, debes consultar siempre a tu médico.
¿Cómo puedo documentar mis medicamentos para la enfermedad renal?
Antes de llegar a los grupos de medicamentos, también es necesario considerar brevemente la documentación de estos. Especialmente con la enfermedad renal, a menudo se enfrenta a una avalancha de medicamentos, algunos de los cuales pueden asumir funciones importantes e incluso contribuir significativamente a la salud.
Por eso es especialmente importante llevar un control de tus propios medicamentos y tomarlos regularmente y a tiempo, según el plan de tu equipo médico. La aplicación Mizu no sólo te ofrece la posibilidad de introducir tu propio plan de medicación, sino también de marcar la toma de medicamentos individuales como completada o para que te recuerden que debes tomarlos. De este modo, podrás llevar un control de todo fácilmente.
A continuación, te presentamos paso a paso los medicamentos más comunes para la enfermedad renal. Para que no pierdas el hilo, hemos dividido los distintos grupos de medicamentos en secciones. De este modo, podrás buscar rápidamente el grupo de medicamentos que te interese.
Medicación para la tensión arterial
La hipertensión puede ser causa y consecuencia de enfermedad renal. En cualquier caso, la tensión elevada en los vasos sanguíneos puede tener consecuencias negativas y dañar el sistema cardiovascular a largo plazo. Por lo tanto, es importante controlar la tensión arterial en la enfermedad renal y mantener en forma el sistema cardiovascular. Para ello, a menudo es necesario tomar medicación, si así lo receta el equipo médico, además de realizar actividad física, para reducir la tensión arterial hasta el nivel objetivo adecuado. Este valor objetivo difiere para las distintas fases de la enfermedad renal hasta el trasplante:
El sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA)
Los inhibidores de la ECA, los antagonistas AT1 o los inhibidores de la renina interfieren en el llamado sistema renina-angiotensina-aldosterona (=SRAA). Esto es un verdadero trabalenguas, pero no tan complicado como parece. El SRAA es un circuito regulador de distintas hormonas que regula el equilibrio de líquidos en el organismo y, por tanto, controla la tensión arterial en todo el cuerpo y en los glomérulos (=unidad funcional de los riñones). La presión arterial puede reducirse con medicamentos que actúan sobre el SRAA.
Antagonistas del calcio
Los antagonistas del calcio dilatan los vasos sanguíneos, con lo que disminuyen la presión arterial al reducir la resistencia de las paredes de los vasos sanguíneos. Esta clase de medicamentos incluye agentes de acción más prolongada, como amlodipino o lercanidipino, y agentes de acción más corta, como nitrendipino o nifedipino.
Si la dosis es demasiado alta, pueden ocurrir dolores de cabeza, sofocos, palpitaciones, enrojecimiento facial o retención de líquidos en las piernas.
Diuréticos
Los diuréticos también se conocen como “comprimidos de agua” y, como su nombre indica, ayudan a los riñones a excretar más agua. Sin embargo, si la función renal y, por tanto, la excreción disminuyen considerablemente, pueden perder su eficacia. Los principios activos son, por ejemplo, clortalidona, hidroclorotiazida, furosemida o torasemida. Los posibles efectos secundarios son, por ejemplo, cambios en la concentración de sales en la sangre (por ejemplo, de potasio, sodio o magnesio).
Captores de fósforo
Muchas personas con enfermedad renal tienen que lidiar con altos niveles de fósforo. Además de optimizar la dieta, los quelantes del fósforo pueden ayudar, si los prescribe el equipo médico. Son necesarios para acercar el fósforo al nivel objetivo de 1,45 mmol/l (o 4,5 mg/dl). Los captores de fósforo, como su nombre indica, fijan el fósforo en el organismo. Hacen que se excrete más fósforo a través de las heces y que el organismo no lo absorba. Sin embargo, existen diferentes formas de captores de fósforo. Tu equipo médico está familiarizado con ellos y puede ayudarte a resolver cualquier duda sobre su función, la ingesta correcta y los distintos preparados.
EPO y hierro
Como ya sabes, el riñón no sólo limpia la sangre, sino que también produce otras sustancias "mensajeras". Una de ellas es la eritropoyetina (EPO), que regula la formación de nuevos glóbulos rojos en el organismo. Si falla el riñón, suele bajar el nivel de Hb en sangre, lo que se denomina anemia renal. KDIGO, una organización para mejorar el tratamiento de las personas con enfermedad renal, recomienda un objetivo de nivel de Hb no superior a 11,5 g/dL para la enfermedad renal crónica, si es necesario elevarlo mediante terapia. No obstante, serás tú y tu equipo médico los que fijen el objetivo personal. Sin embargo, a diferencia de las personas sanas, no debe superarse un valor de Hb de 13 g/dL.
Si el valor de Hb es inferior a 10 g/dL, el equipo médico puede considerar la administración de EPO artificial. Ellos encontrarán la terapia más adecuada para ti.
Captores de potasio
El potasio es un mineral hidrosoluble que está presente en todos los alimentos de origen vegetal y animal en cantidades variables. El potasio también desempeña un papel importante en nuestro organismo. En caso de debilidad renal, muchas personas experimentan un aumento de potasio en la sangre, lo que puede dar lugar a arritmias cardiacas amenazantes.
Los captores de potasio, como los de fósforo, fijan el potasio de los alimentos y lo excretan a través de los intestinos. En caso de diarrea, el potasio suele perderse por sí solo a través del intestino, lo que podría ser importante para la ingesta de captores de potasio, ya que entonces habría que reducir la dosis si fuera necesario. No obstante, lo mejor es que comentes tu caso concreto con tu equipo médico para que puedan encontrar la dosis óptima para tu organismo.
Vitamina D
A diferencia de otras vitaminas, nuestro cuerpo puede fabricar vitamina D por sí mismo con la ayuda de la luz solar antes de que se convierta en una forma activa en nuestros riñones (con un paso intermedio en el hígado). En caso de insuficiencia renal, nuestro organismo suele carecer de vitamina D activa, lo que puede provocar problemas en el equilibrio del calcio y el fósforo, así como en la salud de los huesos.
Como paciente renal, normalmente deberías asumir una vitamina D ya totalmente activada. Una activación natural de la vitamina D en el riñón es – como ya se ha mencionado - no es posible.
Inhibidores SGLT2
Los inhibidores de SGLT2 son fármacos que pueden utilizarse para frenar la enfermedad renal. Además, hacen que se excrete más azúcar por la orina, lo que también puede tener un efecto positivo en una posible diabetes mellitus. Tu médico te dirá exactamente si debes tomar esta medicación y cómo.
Sin embargo, a veces estos medicamentos pueden aumentar las infecciones urinarias (por supuesto, provocan mucho azúcar en la orina y, como a todo el mundo, a las bacterias les gusta mucho el azúcar).
Antagonistas no esteroideos de los receptores de mineralocorticoides
Los antagonistas no esteroideos de los receptores de mineralocorticoides no esteroideos se utilizan para ralentizar la progresión de la enfermedad renal crónica (=enfermedad renal crónica) en personas que también padecen diabetes de tipo II. La diabetes de tipo II es una enfermedad que en la mayoría de los casos está causada por una combinación de predisposición genética y hábitos de vida poco saludables (por ejemplo, mala alimentación, escasa actividad física). Investigaciones anteriores han demostrado que los procesos inflamatorios desempeñan un papel importante en el desarrollo y la progresión de la ERC. Son estos procesos los que pueden verse influidos positivamente por los antagonistas no esteroideos de los receptores de mineralocorticoides y, por tanto, tener efectos positivos no sólo en los riñones, sino también en todo el sistema cardiovascular. Por supuesto, su médico decidirá si este grupo de medicamentos es adecuado para usted.
Bicarbonato sódico
Los riñones también controlan el grado de acidez o alcalinidad de la sangre. Cuando ya no son capaces de hacerlo, la sangre se vuelve cada vez más ácida y aumenta el potasio. En la insuficiencia renal terminal, la máquina de diálisis se encarga de esta tarea y, tras un trasplante de riñón, no parece necesario alcalinizar la sangre con fármacos.
Pero si tus riñones aún funcionan, pero están perdiendo lentamente su función, tu equipo de nefrólogos podría prescribirte una terapia de apoyo con bicarbonato sódico.
La información es mucha y de repente. Pero no te preocupes, si tienes preguntas o dudas, siempre puedes ponerte en contacto con tu equipo médico. Además, la app Mizu puede ayudarte a tenerlo todo controlado.