Carrera con un riñón trasplantado: ¿es posible?
Buenas noticias: Las personas con un nuevo riñón tienen estadísticamente las mejores perspectivas de volver a trabajar entre los receptores de trasplantes de órganos. En comparación con otros trasplantes (corazón, pulmón o hígado), la tasa de empleo tras el trasplante es significativamente mayor. Esto se debe en parte a que las técnicas quirúrgicas mejoran constantemente y a que los cuidados posteriores a un trasplante de riñón con éxito también están orientados a ayudarle a volver a llevar una vida activa.
Sin embargo, no hay una respuesta general a la pregunta de con qué rapidez se puede volver al trabajo después de un trasplante. Hay varios factores (por ejemplo, la edad) que influyen en el tiempo necesario para volver al trabajo. Para que todo vaya sobre ruedas cuando empieces a trabajar, aquí encontrarás un resumen de la información más importante.
Trabajar con un nuevo riñón: ¿por qué?
Con la vuelta al trabajo, muchas personas experimentan también una vuelta a la normalidad. Pero no sólo eso: la vuelta al trabajo también contribuye a una calidad de vida significativamente mayor y ayuda a mantenerse en forma física y mentalmente. Incluso se ha demostrado que tiene un efecto positivo en la vida útil de su nuevo riñón. Teniendo esto en cuenta, reflexionemos sobre cómo podría funcionar y qué debes tener en cuenta.
Lugar de trabajo y trasplante: ¿qué debo planificar?
Puede ser útil planificar y aclarar varios aspectos de tu (re)comienzo en el trabajo antes del trasplante.
Lo mejor es sentarse con tu (posible) jefe antes del trasplante y pensar en cómo podría ser tu vuelta al trabajo después del trasplante. Seguro que intentarán apoyarte de la mejor manera posible. Tal vez la recualificación profesional también sea una opción. Para menos estrés, podrías hacer esto algún tiempo antes de tu operación, después de hablar con el empleador.
Las clínicas de rehabilitación también podrían ofrecer programas que facilitan la vuelta al trabajo.
El trasplante también influye, pero ¿cómo?
Esta es precisamente la pregunta que también se planteó un estudio científico que analizó los efectos del tipo de trasplante en la (re)integración laboral. Demostró que la tasa de empleo de las personas con trasplantes de riñón es significativamente superior a la de las personas con nuevos pulmones, corazones o hígados.
La mayoría de las personas trasplantadas con riñones nuevos encuentran la forma de volver a trabajar en los primeros seis meses tras el trasplante. Con una planificación adecuada y el apoyo del equipo médico, puedes estar segur@ de que todos los implicados harán todo lo posible para ayudarte a volver al trabajo lo antes posible.
Además, ¿sabías que un factor que influye positivamente en la vuelta al trabajo es el hecho de que ya tuvieras un empleo un año antes del trasplante? En este caso, suele ser útil que el jefe ya esté al corriente de la operación y de la rehabilitación prevista. De este modo, puede apoyarte mejor en tu reincorporación a la vida laboral.
¿Qué debo tener en cuenta al volver al trabajo después de un trasplante?
Especialmente después de la operación, tu capacidad de recuperación física sigue estando muy limitada. El trabajo físicamente agotador es tabú al principio. Es importante que no te sobrecargues y que cuides la herida quirúrgica. Coordínate con tu jefe y tu nefrólogo y hablad de cómo puedes empezar a trabajar lo más fácilmente posible. Escucha siempre a tu cuerpo. Si algo te resulta incómodo, entonces debes bajar una marcha.
Además, deben evitarse los lugares de trabajo con alta contaminación por gérmenes. Esto es importante para protegerse de las infecciones. Por desgracia, trabajar con niños, en hospitales o en residencias de ancianos conlleva un riesgo especialmente alto de infección. Del mismo modo, es arriesgado trabajar en lugares con grandes fluctuaciones de temperatura, mayor humedad, exposición a productos químicos o altos niveles de polvo (por ejemplo, en obras de construcción). Debido al mayor riesgo de infección, las plantas de compostaje y clasificación de residuos tampoco son lugares de trabajo adecuados.
Pero no te preocupes. Aunque en el lugar de trabajo haya más riesgo de gérmenes, hay formas de seguir trabajando con tu empresa. Una opción, por ejemplo, es cambiar a un trabajo que puedas realizar principalmente desde tu despacho en casa. En este caso, el riesgo de infección es mucho menor. Si esto no es posible en tu puesto actual, puedes plantearte readaptarte para otros puestos en la misma empresa en el futuro. Lo mejor es que hables de ello con tu jefe en una fase temprana. Seguro que juntos encontráis una solución adecuada.