Los inmunosupresores después de un trasplante protegen el nuevo riñón, pero también aumentan el riesgo de infecciones. Este artículo explica qué patógenos suelen causar problemas tras un trasplante, cómo reconocerlos y cómo se tratan las infecciones.
Los inmunosupresores, como indica su nombre, suprimen el sistema inmunitario. Tomar estos fármacos es importante especialmente después de un trasplante: en nuestro caso, el nuevo riñón se encuentra en un cuerpo extraño. Por supuesto, antes del trasplante siempre se comprueba que el riñón del donante sea lo más parecido posible al tuyo. Sin embargo, una coincidencia perfecta de todas las características inmunológicas entre donante y recipiente es casi imposible. Una excepción serían los gemelos genéticamente idénticos.
Cuando se introduce un órgano extraño en el cuerpo, es normal que el sistema inmunitario reaccione. Para evitar que el sistema inmunitario rechace el nuevo riñón, se ralentiza su funcionamiento. Esto es exactamente lo que hacen los inmunosupresores.
Sin embargo, como ocurre con muchos otros fármacos, tienen efectos secundarios. Como probablemente ya sabrás, el sistema inmunitario no sólo reconoce cuerpos extraños, sino también virus, bacterias u hongos, y ayuda al organismo a protegerse contra las infecciones. Al ralentizar el sistema inmunitario tras el trasplante, estos patógenos pueden suponer un problema para el sistema inmunitario.
¿Qué son las infecciones oportunistas?
El riesgo de infecciones tras un trasplante es mayor. Pero, ¿cuáles son los gérmenes que provocan infecciones con especial frecuencia y qué tipo de infecciones intervienen?
Es importante darse cuenta de que no sólo los gérmenes del entorno desempeñan un papel importante. Las bacterias, los virus y los hongos son completamente naturales y se encuentran ya en nuestro cuerpo. Algunos son inofensivos, mientras que otros pueden causar enfermedades en determinadas condiciones. Esto se aplica, por ejemplo, a las bacterias o virus que están dentro de nuestro cuerpo, pero que nuestro sistema inmunitario mantiene controlados. Otros están presentes en el medio ambiente, pero sólo se convierten en un desafío para el organismo cuando el sistema inmunitario se inhibe.
En estos casos, hablamos de los llamados patógenos oportunistas. Aunque suene complicado, en realidad sólo significa que estos gérmenes sólo pueden causar enfermedades si el sistema inmunitario está inactivo: en palabras más simples, podemos decir que estos patógenos se aprovechan de la inmunosupresión. Veamos más de cerca estos gérmenes e infecciones.
¿Qué infecciones son frecuentes después de un trasplante?
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son especialmente frecuentes después de un trasplante: aproximadamente un tercio de los pacientes trasplantados padece una infección de este tipo en algún momento. Algunas ITU suelen reaparecer a pesar del tratamiento y, en este caso, hablamos de una ITU crónica. Estas infecciones suelen provocar dolor al orinar y necesidad de orinar frecuentemente (frecuencia)
Las infecciones de las vías respiratorias también son frecuentes después de un trasplante y se manifiestan por tos, dificultad en respirar y síntomas parecidos a los de la gripe. También pueden aparecer diarrea y fiebre, y siempre es mejor consultarse con el propio team médico.
A diferencia de lo que ocurre cuando se tiene buena salud, tu sistema inmunitario no es capaz de combatir estas infecciones y se pueden convertir en un verdadero riesgo para ti. Siempre es importante informar al equipo de trasplantes para que pueda iniciarse el tratamiento adecuado.
¿Qué virus y bacterias causan infecciones?
Como ya se ha mencionado, bacterias, virus y hongos que causan infecciones después de un trasplante son diferentes de los que desempeñan un papel importante en caso de un estado de salud bueno. En teoría, hay muchos patógenos que hay que tener en cuenta. Aquí un breve resumen de algunos de los que desempeñan un papel tras un trasplante:
1. Citomegalovirus (=CMV)
Muchas personas se infectan por citomegalovirus cuando son jóvenes. Sin embargo, si el sistema inmunitario funciona correctamente, el virus no causa síntomas y se forman anticuerpos para combatirlo. Hasta el 60% de los adultos tienen estos anticuerpos.
Cuando se toman inmunosupresores, el citomegalovirus puede causar síntomas (= reactivación) o transmitirse a través del órgano del donante. Las personas que no han tenido contacto previo con el CMV, y que por tanto no tienen anticuerpos en la sangre para combatirlo, deben tener especial cuidado.
Los síntomas de la infección por CMV incluyen fiebre, aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, inflamación del tracto gastrointestinal, del hígado, de los pulmones o del sistema nervioso. También pueden aparecer diarrea y conjuntivitis.
Para prevenir o reconocer una infección por CMV, se puede comprobar si el donante y el receptor son o no portadores de anticuerpos. Si ya está presente, el virus puede detectarse examinando la sangre, los intestinos o las vías respiratorias.
Para el tratamiento, se administra un fármaco que limita la propagación del virus. Al mismo tiempo se pueden tratar síntomas como fiebre, diarrea o inflamación.
2. Pneumocystis jirovecii
El Pneumocystis jirovecii es un hongo que se encuentra en los pulmones de la mayoría de los adultos. Si el sistema inmunitario funciona correctamente, no supone ningún peligro. Sin embargo, si el sistema inmunitario está debilitado, puede causar neumonía. Para protegerse de la infección tras el trasplante, pueden administrarse antibióticos específicos durante varios meses.
Los síntomas de la neumonía debida a este hongo son fiebre, tos seca, dolor torácico, fatiga, pérdida de peso o incluso sudores nocturnos.
La infección por Pneumocystis jirovecii puede detectarse mediante imágenes, como radiografías o TAC, de los pulmones y tomando una muestra de secreciones de las vías respiratorias.
3. Virus BK
Casi todos los adultos, trasplantados o no, han sido infectados por el virus BK. Este virus sr anida en los glóbulos blancos y los riñones. Sólo cuando el sistema inmunitario está débil puede causar inflamación en los riñones, los uréteres y/o la vejiga.
Al principio, una infección por el virus BK no presenta síntomas. Más adelante, puede provocar una reducción de la función renal, acumulación de orina o una infección de la vejiga con sangre en la orina.
Este tipo de infección se da en el 10% de los pacientes de trasplantes. Ocurre sobre todo en el primer año tras el trasplante. Para detectar el virus, el equipo médico analiza muestras de sangre y orina. A veces también se toma una pequeña muestra de tejido del nuevo riñón.
4. Gripe y su virus
En general, el virus de la gripe puede infectar a cualquier persona, provocando una enfermedad. Por lo tanto, se prevé una vacunación anual contra la gripe para protegerse de este virus. Especialmente después de un trasplante, la gripe y los resfriados pueden aparecer con más frecuencia. Por eso también se recomienda una vacunación anual contra la gripe después de un trasplante.
A diferencia de las vacunaciones con vacunas vivas (en las que se administra una pequeña cantidad de patógenos atenuados), una vacunación antigripal (con patógenos que ya no pueden reproducirse) es segura después de un trasplante. Para saber más sobre las vacunas antes y después del trasplante, consulta los artículos de Mizu.
¿Cómo puedo prevenir las infecciones después del trasplante?
Para prevenir las infecciones después del trasplante, es necesario asegurarse de tener un estado de vacunación completo. Algunas de las vacunas más comunes deben renovarse antes o justo después del trasplante. Otras, como la vacuna contra la gripe, se recomiendan anualmente. Sólo las vacunas vivas (por ejemplo, contra las parotiditis, el sarampión o la rubéola) no deben administrarse después del trasplante, ya que pueden provocar una infección a causa del patógeno presente en ellas.
Además, durante y después del trasplante se administran determinados fármacos, por ejemplo contra bacterias (= antibióticos) o virus (= antivirales), para prevenir infecciones. Para no debilitar innecesariamente el sistema inmunitario, es necesario asegurarse de que los inmunosupresores se toman estrictamente según el calendario prescrito por tu equipo médico. De este modo, el efecto de la medicación se mantiene constante y no fluctúa excesivamente.
Como puedes ver, la administración correcta de los medicamentos después del trasplante es muy importante. Con la ayuda de la aplicación Mizu, puedes recordarte los medicamentos y documentarlos regularmente. Esto facilita el seguimiento de tu medicación.
¿Cómo reconozco una infección después de un trasplante?
Aunque cada infección tiene sus propios síntomas, hay algunos signos generales que pueden ayudar a reconocer una infección. Los parámetros de la infección se determinan mediante pruebas de laboratorio. Entre ellos se encuentran la denominada proteína C reactiva (PCR) y el recuento de glóbulos blancos. Un aumento del valor de la PCR, en particular, podría indicar una infección.
Además de los valores de laboratorio, es aconsejable medirse regularmente la temperatura. Si tienes fiebre (≥ 38 °C), debes ponerte en contacto directamente con tu propio equipo médico. Además de la fiebre, síntomas como cansancio, diarrea, vómitos, tos o dolor al orinar pueden indicar una infección. En la aplicación Mizu, puedes documentar muchos de estos valores en tu diario. De este modo, podrás vigilar tu salud en todo momento y estar bien preparado para reaccionar de inmediato ante posibles agentes patógenos.
